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En 1871 se inauguró en Madrid el primer tranvía español. Aunque este primitivo tranvía usaba las caballerías como sistema de tracción, antes de finalizar esa misma década la capital española conoció otro tipo de tracción mecánica: el vapor, con las pruebas realizadas en el tranvía a Carabanchel y Leganés. Se iniciaba así una serie de experiencias en el uso de este sistema que tuvo en la ciudad un cierto desarrollo al ser usada en hasta seis redes distintas (y numerosos proyectos no realizados), hasta una fecha tan tardía como 1931. El presente volumen- el segundo de cinco dedicados a los tranvías de vapor que existieron en España- repasa ampliamente todos los aspectos económicos, técnicos y sociales de estas redes en la capital española. Una apasionante historia, sin duda.
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