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Prólogo de Miquel Palou i Sarroca: Prologar este tercer volúmen que, como los dos anteriores, pretende divulgar el Parque Motor de Renfe, representa para mí el enfrentarme a un dilema: Tracción a vapor o tracción eléctrica. No me refiero, por supuesto, a las ventajas de un sistema sobre otro que se hallan sobradamente demostradas. Me mueven razones puramente estéticas al plantearme si me gusta más una locomotora de vapor que una eléctrica. Es indudable que fui cautivado de pequeño por el espectáculo que representaba una 242T-1600 de MZA, impresión que introdujo en mí el virus del ferrocarril para siempre jamás. Pero no es menos cierto que el primer pingüino al que subí para ir a Alp en verano de 1942, cuya ficha aparece en este volumen, desplazó, si cabe, a parte del vapor que corría por mis incipientes aficiones ferroviarias. Y es que la estética de las primitivs locomotoras eléctricas que hoy en día solo conservan los japoneses, permitía quizás valorar la noción del esfuerzo que, al igual que en una locomotora de vapor llevaba a cabo el maquinista convirtiendo un viaje en ferrocarril en una aventura real. Hoy en día, es cierto que la electrónica aplicada a la tracción eléctrica ha supuesto una auténtica revolución en el ferrocarril, ante el que se abren horizontes sin límite, pero permítanme una pregunta: ¿Les gustan los actuales diseños de las locomotoras eléctricas?... A mi, sinceramente no. El libro incluye 62 fotografías, esquemas y características técnicas.
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