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Las líneas electrificadas en Renfe sufrieron una importante disfunción en los años 50 y 60 en pleno desarrollo del Plan General de Reconstrucción (PGR). Las dos principales compañías privadas, Norte y MZA pretendían utilizar tensiones totalmente diferentes e incompatibles entre si. En los proyectos no se esperaba crear grandes redes electrificadas, como máximo se estimaba rentable electrificar zonas de influencia de las cercanías de Madrid, de Barcelona y algunos de los principales pasos de montaña. El principal peso de la tracción seguiría siendo de la locomotora de vapor. En la mitad del siglo XX no se esperaba el gran desarrollo de la locomotora diesel. Por este y otros motivos, las electrificaciones de Renfe siguieron las pautas iniciadas en los años anteriores a la guerra a excepción de las electrificaciones de la meseta castellana en las líneas de conexión a Galicia, Asturias y Cantabria, las cercanías de Barcelona y también en dirección Andalucía, con tensión a 3.000 voltios. En el primer capítulo de esta obra ya detallamos esta situación. Las unidades de origen suizo que ya hemos visto en esta primera parte no podían circular convenientemente en las líneas a 1.500 voltios. La reciente electrificación de las líneas de Madrid a Ávila y Segovia, fruto de contratos y trabajos interrumpidos en plena Guerra Civil no permitía una conversión rápida a los 3.000 voltios. Por este motivo se optó por desarrollar y adquirir material apto para trabajar en las dos tensiones. En un primer momento se trataba de unidades de tren para las cercanías de Madrid y así fueron diseñadas. Pero estos nuevos trenes, procedentes de una nueva tecnología aplicada en Europa, ofrecieron unas prestaciones que les permitían trabajar tanto en servicios de cercanías como en diurnos de cierta distancia. Estos nuevos trenes, matriculados en la serie 900, son los primeros protagonistas de este libro. A la vez, en el Plan Decenal de Modernización que se diseñaba en los años sesenta, se pretendía elevar el nivel de rapidez y confort de los servicios en diurnos en consonancia a los estándares de los TAF de los años cincuenta. Nacen así los TER, que simplificaron la explotación de los servicios diurnos hasta el punto que fue el prototipo de los nuevos trenes eléctricos diurnos de larga y media distancia, inicialmente para los servicios entre Madrid, Asturias, Cantabria y el País vasco. Estas nuevas unidades eléctricas bitensión fueron denominadas Electrotrén. Las unidades e la serie 900 fueron enviadas a destinos cada vez más alejados de Madrid para realizar servicios de tipo regional e interurbano hasta su retirada total en los años noventa mientras que las unidades Electrotren realizaron servicios de todo tipo, desde largo recorrido hasta regionales, actividad esta última en la que aún se encuentran activas, y dadas las recientes remodelaciones que han recibido, parece que estarán en servicio algunos años más.
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